Vestido estampado muy femenino
Vestido estampado muy femenino

Bienvenid@s a mi blog donde os enseñaré mi trabajo y últimas tendencias en diseños y tejidos.


Este año se llevan los estampados grandes, y son preciosos, pero rediseñando mi taller me encontré con este tejido con estampado pequeño con un toque oriental, me recuerda a las telas japonesas en sus formas.


Así que a pesar de estar descansando ahora en Semana Santa, con esta preciosidad y un maniquí no he podido resistirme a hacer modelaje y sale este vestido veraniego, muy bonito y tremendamente femenino.

Espero que os guste.

Un poco más de mí
Un poco más de mí

Un poco más de mí.

Empecé a trabajar en el mundo de la costura con 15 años, con Leonor, una modista tradicional de las que sobrehilaba a mano (sobrehilar es rematar las prendas por la orilla para que no deshilache, hoy en día se pasa la remalladora, mucho más rápido). 


Con Leonor aprendí a eso, a rematar a mano, con ella la artesanía se vivía cada día, me acuerdo que le decía: "me aburre tanto coser a mano, me duele la muñeca" me respondía "me lo agradecerás, ya verás" y sí, es cierto, se lo agradezco infinitamente, porque con ella empecé a valorar el trabajo de las manos artesanas, la dedicación y el amor a esta bonita profesión.

Pasé dos años con ella, trabajando todos los días ocho, nueve, diez horas... dependía de la temporada.


Luego empecé con Maria, más vanguardista, con Maria descubrí el patronaje, el modelaje y el diseño; otro mundo en la costura, dos años más con Maria, después llegaron los exámenes en Coruña con Marily.

Cuando terminé de estudiar mi profesión comencé a trabajar con Maria, mi segunda maestra ¡cuánto aprendí!

Vestidos de fiesta, novia, trajes de chaqueta, abrigos... el hecho es que un día le pregunté: "Maria, ¿por qué me has escogido a mí de tantas alumnas para trabajar contigo? A lo cual ella me responde con una sonrisa y mucho cariño: "porque coses muy bien a mano y lo haces con mucha ternura".


Con este artículo lo que quiero contaros es que una modista no se hace con un curso, ni dos, ni tres... ni con cuatro directrices de expertos. Una modista se hace con años de aprendizaje con buenas profesionales y con un amor a esta fantástica, agradecida y gracias a Dios, valorada profesión.

En honor a mis dos maestras, Maria en activo y Leonor jubilada.